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La Iglesia Católica después de la muerte de un Papa

Aunque la Sede de San Pedro esté vacante, la Iglesia permanece viva, unida y fiel a su misión. Conoce el proceso que sigue la Iglesia tras la muerte o renuncia de un Papa y descubre la estructura jerárquica y orgánica de la Iglesia Católica.


La Basílica de San Pedro durante la Misa de exequias del Papa Francisco (26/04/2025). Vatican News.
La Basílica de San Pedro durante la Misa de exequias del Papa Francisco (26/04/2025). Vatican News. La Iglesia Católica abraza maternalmente a todos quienes se acercan a Ella.

Un solo Cuerpo en Cristo


El Sumo Pontífice


La principal misión del Sumo Pontífice es custodiar la unidad: la unidad de la fe y la unidad de la Iglesia Católica, una responsabilidad reconocida como dogma durante el Concilio Vaticano I en la constitución Pastor Aeternus. El Papa actúa como centro visible de unidad de todos los fieles y ejerce tres ministerios esenciales: santificar, enseñar y gobernar. Como Vicario de Cristo, Cabeza del Colegio de Obispos y Pastor de la Iglesia Universal, el Pontífice Romano posee autoridad plena, suprema y universal sobre la Iglesia Católica, potestad que puede ejercer de manera libre y efectiva, interviniendo en todos los aspectos de la vida eclesial.

La presencia del Espíritu Santo en la Iglesia
Fotografía personal (2022)

Tras la muerte del Romano Pontífice, los cardenales celebran nueve días de misas por el sufragio de su alma, conocidas como novemdiales. La constitución Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996, establece los procedimientos a seguir tras la muerte de un Pontífice. 


Como fieles, estamos llamados a unirnos en oración por el descanso eterno del Papa Francisco, recordando con gratitud su vida de entrega y servicio. Pidamos a Dios que su ejemplo de humildad, generosidad y hermandad inspire nuestras propias vidas.



La Sede Vacante


Durante el período de Sede vacante, el Colegio de Cardenales asume la responsabilidad de mantener el funcionamiento ordinario de la Iglesia. Aunque se limita a los asuntos urgentes e imprescindibles, la tarea principal del Colegio de Cardenales es preparar el proceso de elección del nuevo Papa. La regulación del proceso de elección del nuevo Papa se rige principalmente por la constitución Universi Dominici Gregis, mencionada anteriormente, y por las Normas Nonnullas de Benedicto XVI. El cónclave debe celebrarse dentro de los 20 días tras el inicio de la Sede vacante y solo pueden votar un máximo de 120 Cardenales. Uno de los requisitos es que el Cardenal elector sea menor de 80 años.


Después de las exequias del Pontífice, todos los miembros de la Iglesia estamos llamados a orar y pedir la intercesión del Espíritu Santo, para que los Cardenales electores elijan un nuevo Vicario de Cristo quien, con fidelidad y diligencia, ponga por encima de todo la salvación de las almas y el bien de todo el Pueblo de Dios.



La Iglesia Peregrina


Se denomina "Iglesia peregrina" al pueblo de Dios que camina en unidad para lograr su santificación hacia la plenitud del Reino de los Cielos. La Iglesia peregrina está formada por todos los bautizados: el Papa, los obispos, los sacerdotes, los consagrados y las consagradas, los diáconos y los laicos. Juntos formamos un solo cuerpo en Cristo.


El Colegio Episcopal es el conjunto de obispos unidos al Papa y es modelo de comunión en la Iglesia. Aunque cada obispo guía con autonomía su diócesis, su capacidad está en armonía con el Sucesor de Pedro. La unión colegial se refleja tanto en la relación de cada obispo con su iglesia local como con la Iglesia universal. Los obispos están llamados a custodiar la unidad de la fe y la disciplina, a formar a los fieles en el amor a Jesucristo, y, sobre todo, a llevar el consuelo y la esperanza del Evangelio a los que sufren.


La Eucaristía lleva a la perfección la comunidad eclesial
La Eucaristía lleva a la perfección la comunión eclesial. (Catechists at Work, 2023)

El cuidado de anunciar el Evangelio a todo el mundo pertenece al cuerpo de los pastores⎼sacerdotes, quienes colaboran con el sucesor de San Pedro. El sacerdote es signo e instrumento del único mediador ante el Padre: Jesucristo. Los sacerdotes guían y animan espiritualmente sus comunidades y muestran respeto por la cultura y tradición local, poniendo en evidencia la catolicidad-universalidad de la Iglesia. Ante todo, los sacerdotes poseen el carácter sacramental que les permite realizar la transubstanciación de las especies en el Cuerpo y Sangre de Jesucristo y perdonar los pecados, en virtud de su ordenación sacerdotal.


Como bautizados, los laicos compartimos una vocación común: colaborar en la misión salvífica de la Iglesia. Unidos por el Bautismo y sostenidos por los sacramentos, somos enviados a llevar el Evangelio a los lugares donde a la Iglesia le resulta difícil llegar físicamente. Los laicos somos portadores de paz y esperanza y estamos llamados a reflejar nuestra comunión con las enseñanzas de la Iglesia Católica, para “ser la sal de la tierra y la luz del mundo.”



¡En la Iglesia caben todos!


El Papa Francisco insistió muchas veces: “En la Iglesia, ¡caben todos, todos, todos!” La Iglesia es una, por la unidad de la fe en Cristo; santa, por voluntad divina; católica, por la diversidad de sus miembros; y apostólica, porque nace de la predicación y autoridad de los Apóstoles, y continúa su misión al anunciar fielmente el Evangelio.


Las enseñanzas del Papa Francisco siguen vigentes. Su ejemplo de caridad, humildad e inclusión; su insistencia sobre el cuidado del prójimo y de la Creación; y su firme testimonio de amor a Cristo, son ejemplos cristianos que deben modelar nuestras acciones dentro y fuera de la Iglesia.


Aunque la muerte del Papa Francisco ha tocado a muchos; la Iglesia Católica sigue viva y llena de esperanza, porque su Cabeza es Jesucristo. La Iglesia peregrina continua activa, participando de los sacramentos y trabajando para alcanzar la salvación para todos.


Vivamos y promovamos con alegría las enseñanzas del Papa Francisco y del Magisterio de la Iglesia. Con la fortaleza de la fe, confiemos que el Espíritu Santo guiará a los Cardenales electores e iluminará su discernimiento. Y con el estímulo de la esperanza, tengamos la certeza de que el nuevo Pastor Universal sabrá guiar con sabiduría, firmeza y ternura, tanto a los creyentes como a aquellos que buscan la verdad.



Si deseas profundizar en tu fe, visita mi sitio de internet https://www.understanding-fe.com/ en donde encontrarás una variedad de temas relacionados con la doctrina de la Fe Católica.



Bibliografía:



Código de Derecho Canónico. (n.d.). Artículos 330-336. Recuperado de https://www.vatican.va/archive/cod-iuris-canonici/cic_index_sp.html


Juan Pablo II. (1996). Constitución apostólica Universi Dominici Gregis. Roma. Recuperado de https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_22021996_universi-dominici-gregis.html


Pablo. (1964). Constitución dogmática sobre la Iglesia: Lumen Gentium. Roma. Artículos 22, 23, 26, 32, 33, 48. Recuperado de https://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.html



Tomko, J. (1989). Guía pastoral para los sacerdotes diocesanos. Roma. Recuperado de https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cevang/documents/rc_con_cevang_doc_19971001_priests_sp.html


 
 
 

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